La religión revolucionaria de Marx
◆ Envío internacional no está disponible para este producto
La religión revolucionaria de Marx – La regeneración por medio del caos
Por Dr. Gary North
Un tercio de la población del mundo de hoy vive bajo tiranías que se dicen marxistas. Ninguna otra visión del mundo tiene este tipo de dominio sobre las personas. Sin embargo, hace unos ciento cincuenta años, no había una filosofía llamada marxismo. Karl Marx era entonces un estudiante universitario de pregrado que se especializó en bares, tabernas, cafés y cartas desesperadas a su familia pidiendo más dinero.
¿Cómo se dio tal transformación del mundo tan rápidamente? ¿Por qué han arrasado las revoluciones comunistas sobre la faz de la tierra? ¿Y por qué se produjeron sólo en las regiones donde Marx había insistido en que no podían, en teoría, tener lugar hasta que el resto del mundo ya se hubiera vuelto comunista?
El mayor mito del marxismo es que la revolución comunista es inevitable. El segundo gran mito es que es proletaria. El tercer mito más grande es que es el producto de la pobreza industrial. Nada en la vida de Karl Marx o Federico Engels, su socio, sugiere que ninguno de estos mitos era cierto. Marx y Engels, los hijos de la burguesía de las familias religiosas burgueses, nunca hicieron el trabajo manual de un día en sus vidas. La única conexión de Engel al capitalismo industrial era como el hijo del dueño de una fábrica. La única conexión de Marx fueron sus subsidios de toda la vida de Engels.
Gary North ha reunido la evidencia para demostrar que el marxismo ha sido un éxito, ya que es la imitación más perverso del cristianismo se ha inventado. Fue inventado por dos hombres que habían sido bautizados como cristianos, había afirmado una fe evangélica en la adolescencia, y se había convertido en furia contra Dios en sus primeros años veinte. Pocas personas saben que Marx escribió una obra satánica y escribió poesía satánico en su juventud. Pero cualquiera que haya leído sus primeros escritos sabe que sus enemigos declarados no eran los capitalistas, pero los cristianos y los judíos. Odiaba a Dios más de lo que odiaba el capitalismo.
- Libro en rústica
- 273 páginas
- Casa de publicación: Institute for Christian Economics [Instituto para la Economía Cristiana] (1990)